Impulsado por el sector Turismo de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), se llevó a cabo un seminario virtual que reunió a dirigentes, emprendedores y referentes de todo el país para reflexionar y compartir experiencias sobre el turismo en espacio rural y las rutas temáticas como productos de identidad.

La apertura estuvo a cargo de Gregorio Werchow, secretario de Turismo de CAME, y Beatriz Tourn, secretaria general, quienes dieron la bienvenida a más de 160 participantes de todas las provincias de Argentina.
En su mensaje, Werchow subrayó que “el turismo en espacio rural es una instancia clave porque permite visibilizar el enorme potencial del mundo rural como motor de desarrollo, integrando identidad, producción y cultura local. Además, genera redes entre emprendedores, instituciones y comunidades, abriendo nuevas oportunidades para diversificar la oferta turística y fortalecer el arraigo en los territorios”.
En esta línea, CAME continúa instalando el turismo rural como tema estratégico, con el objetivo de darle mayor visibilidad y proyección, promoviendo su transformación en un eje central del desarrollo económico y social.
Por su parte, el director ejecutivo de CAME Turismo, Sebastián Bel, junto con Javier Dellamónica, coordinador de Turismo en Espacio Rural, presentaron el Programa Nacional de Turismo en Espacio Rural de CAME (Plan TER). Este plan viene siendo impulsado a través de foros, seminarios, talleres y capacitaciones, además de acciones de articulación con instituciones de fuerte arraigo territorial como el INTA, universidades y gobiernos locales. Entre sus logros se destacó la construcción de la plataforma Experiencia Rural, una herramienta digital que permite difundir y comercializar el turismo rural de manera directa entre emprendedores y visitantes.
El panel de expositores sumó miradas diversas y enriquecedoras:
- Alejandra Sipituca, referente de Misiones, compartió su trayectoria en turismo rural y las acciones desarrolladas en su provincia.
- Jorge Antonio Gómez, de San Luis, presentó el caso de La Carolina, localidad reconocida como uno de los Pueblos más Lindos del Mundo, relatando el impacto que este reconocimiento generó en la comunidad.
- Julieta Colonella, integrante de la Red de Turismo Rural de Buenos Aires, expuso sobre el valor del trabajo en red y el asociativismo como herramientas de fortalecimiento territorial.
- Jorge Fallas, dirigente de Costa Rica, aportó una perspectiva internacional, resaltando experiencias exitosas en turismo rural comunitario.
Durante el seminario se remarcó que el turismo rural representa una fuente de ingresos complementarios o incluso principal para la población rural, al fomentar la creación de negocios y empleos vinculados al alojamiento (estancias, cabañas), la gastronomía regional, la producción artesanal y las actividades recreativas como senderismo, cabalgatas y agroturismo. Esta diversificación productiva contribuye a retener a los jóvenes en sus comunidades y a fortalecer el arraigo local.
Asimismo, se destacó que el turismo rural:
- Promueve la identidad cultural y el patrimonio histórico, arquitectónico y natural de los territorios.
- Revaloriza tradiciones y saberes ancestrales, especialmente en comunidades indígenas, que encuentran en el turismo comunitario una forma de desarrollo respetuosa de su cultura.
- Impulsa mejoras en infraestructura (caminos, comunicación, servicios básicos), que no solo benefician al visitante, sino que mejoran la calidad de vida de los residentes.
- Fomenta el asociativismo y la cooperación, fortaleciendo la gestión colectiva y el desarrollo equitativo.
- Contribuye a la sostenibilidad ambiental, educando a los visitantes sobre la biodiversidad local e incentivando prácticas responsables.
El enfoque del Plan TER de CAME busca consolidar al turismo en espacio rural como motor de transformación territorial, apoyado en la innovación, la sostenibilidad y la cooperación entre comunidades. En este sentido, la actividad reafirmó que el turismo rural no solo es una alternativa, sino una política estratégica para el desarrollo local y nacional.
El turismo rural en Argentina trae consigo una amplia gama de beneficios socioeconómicos y culturales que impactan positivamente en las comunidades locales. Esta actividad no solo diversifica la economía de las áreas rurales, tradicionalmente dependientes del sector primario, sino que también fomenta la valorización del patrimonio y la cohesión social.
El crecimiento del turismo impulsa la necesidad de inversión en infraestructura, como caminos, servicios de comunicación y saneamiento. Esto no solo beneficia a los emprendimientos turísticos, sino que también mejora la calidad de vida de los residentes locales, lo que contribuye al desarrollo territorial general.
El turismo rural pone en valor la identidad cultural y el patrimonio histórico, arquitectónico y natural de las zonas. A través de la interacción con los visitantes, las comunidades redescubren y se apropian de sus tradiciones, oficios y conocimientos ancestrales, lo que ayuda a su preservación. Esto es especialmente relevante en el caso de las comunidades indígenas, que encuentran en el turismo comunitario una forma de desarrollo que respeta su cultura.
Para desarrollar una oferta turística atractiva y diversificada, los emprendedores locales suelen organizarse en redes o asociaciones. Este fomento del asociativismo y la cooperación fortalece el tejido social y la capacidad de gestión colectiva de las comunidades, permitiendo un desarrollo más equitativo y sostenible.
Muchos emprendimientos de turismo rural, como el ecoturismo, promueven la conciencia sobre la importancia de la conservación del medio ambiente. Al ofrecer experiencias en contacto directo con la naturaleza, se educa a los visitantes sobre la biodiversidad local y la necesidad de un uso responsable de los recursos naturales, lo que incentiva prácticas más sostenibles tanto en los prestadores de servicios como en los turistas.
Un enfoque sostenible del turismo rural busca un uso óptimo y equitativo de los recursos naturales y económicos. Esto implica la promoción de prácticas de bajo impacto ambiental, como el uso eficiente del agua y la energía, y la reducción de residuos, lo que contribuye a la salud de los ecosistemas a largo plazo.